De hecho, dado que el arnés de 3 puntos es de uso obligatorio por encima de los 2 m respecto del plano horizontal más próximo, resulta imprescindible para innumerables tareas, entre las cuales cabe destacar:
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Poda de árboles;
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Verificación de líneas eléctricas;
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Mantenimiento de edificios y puentes;
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Limpieza de monumentos;
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Control de equipos industriales;
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Inspección de grandes infraestructuras.
En efecto, como sistema de protección personal para trabajos en altura, el arnés de 3 puntos fabricado por ESLINGAR está pensado para aquellas actividades con uso de cuerda y desplazamiento de riesgo sobre planos verticales o inclinados. Su principal beneficio estriba en que permite realizar enganches y desenganches simples, rápidos, cómodos y seguros.
¿Cómo está conformado el arnés de 3 puntos?
Básicamente, se trata de un dispositivo para trabajos en altura que está equipado con los siguientes elementos:
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Estructura de cuerpo completo con protección lumbar y portaherramientas.
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Dos argollas de posicionamiento estratégicamente ubicadas en la cintura.
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Presillas para retener la cinta que queda libre y hebillas de fácil colocación.
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Sistema de regulación ultra rápida tanto en piernas y pecho, como en cintura.
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Toma anticaída dorsal y cinta poliéster de alta tenacidad de 45 mm de ancho.
Protección en alturas
Durante las últimas tres décadas, la aplicación de materiales de última tecnología en el complejo rubro de la Seguridad Industrial ha permitido un gran desarrollo respecto de las soluciones ofrecidas en materia de Equipos de Protección Personal. Por este motivo, los diferentes elementos para trabajos en altura, como los arneses y las colas de amarre de ESLINGAR, resultan cada día más requeridos por un público objetivo muy amplio.
Sin embargo, no siempre son conocidos los peligros que giran en torno al uso de este tipo de protecciones una vez producida la caída ya que el usuario queda expuesto al denominado síndrome del arnés. Se trata de un fenómeno que conlleva riesgos de enorme gravedad y que también suele ser conocido como:
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Síndrome ortostático;
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Mal del arnés;
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Shock ortostático;
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Trauma por suspensión.
¿En qué consiste el síndrome del arnés?
Evidentemente, cuando el cuerpo humano queda suspendido de un arnés durante un prolongado lapso de tiempo, esto trae diferentes consecuencias asociadas con las molestias propias de la posición:
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La presión de las correas sobre el cuerpo;
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El escaso movimiento de los miembros;
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Los limitados cambios de posición durante el trabajo.
De esta forma, durante un accidente en altura con arnés, línea y cabo de vida, la caída del trabajador no necesariamente representa la parte más riesgosa del evento. Después de la caída se produce la fase de suspensión, que es un tiempo más o menos breve durante el cual la víctima, sobre todo si ha quedado inconsciente, corre riesgos de sufrir lesiones severas, incluso con peligro de muerte.
La gravedad de esta situación se debe a que las cintas del arnés actúan como torniquete, impidiendo parcial o totalmente la circulación natural de la sangre a todo el organismo. Entonces, si la víctima es colocada de forma abrupta en posición horizontal, por ejemplo durante un intento de rescate, esa sangre sin oxígeno puede fluir al resto del cuerpo y causar daños irreparables en los órganos vitales, generando la seria posibilidad de un paro cardiorrespiratorio.
No obstante, el trabajo en altura, además de ser peligroso por la sola posibilidad de la caída libre, también lo es por su asociación con otros factores muy serios de riesgo, tales como:
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Quemaduras por calor, químicos o radiaciones;
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Accidentes por electrocución;
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Golpes contra estructuras o por objetos en movimiento;
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Lesiones osteomusculares;
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Heridas cortantes o punzantes.
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