En su amplia cartera de productos de ferretería, CONITEC ofrece discos abrasivos para todo tipo de máquinas eléctricas como amoladoras, ingletadoras, sierras circulares, esmeriladoras y rectificadoras, entre otras.
De hecho, la variedad de discos abrasivos es tan amplia que, por lo general, su elección puede generar dudas en el usuario inexperto. Para evitarlo, es necesario hacer una primera clasificación en dos grandes categorías:
A) Según su estructura:
B) Según su función:
Los comúnmente conocidos como “discos abrasivos” son, de hecho, los discos sin dientes. Estos discos, que vienen en una gran variedad de modelos según su finalidad, se componen básicamente de tres elementos:
1) Material de corte o “grano abrasivo”: es el elemento esencial del disco ya que hace posible su función de corte o desbaste. Cubre la superficie del disco y, naturalmente, su dureza debe ser mayor que la pieza de trabajo.
2) Material aglutinante: se trata de la substancia que permite la unión de los granos abrasivos, que puede ser natural o artificial, y confiere resistencia y dureza al disco. La fortaleza con la que el aglutinante mantiene unidos los granos abrasivos determina el “grado” del disco. Este, a su vez, puede afectar la velocidad de giro del disco y la profundidad de corte o desbaste.
3) Material de malla: consiste en el refuerzo mecánico que impide la fractura del disco durante el trabajo. Por lo general, el material de malla consta de una o más capas de fibra de vidrio.
Por otro lado, los discos dentados son de acero y sus dientes tienen punta de widia o diamante. Se emplean para todo tipo de materiales como madera, metales, plástico, yeso, cerámica, laminados, etc.
Última Actualización: 22/05/2019 13:41