De alta resistencia al desgarro y gran respuesta frente al estiramiento, las lijas de banda se utilizan en máquinas portátiles o estacionarias, de alta o baja potencia, que están construidas con la finalidad de satisfacer distintas necesidades a nivel industrial a la hora de lograr un pulido limpio o un rápido desgaste sobre todo tipo de superficies.
Al igual que muchas otras herramientas, las lijadoras de banda se dividen en dos grandes grupos, en función de la fuente de energía: lijadoras eléctricas y lijadoras neumáticas. La diferencia radica en que, mientras las primeras requieren electricidad para funcionar, las segundas necesitan aire a presión. Las lijadoras neumáticas no tienen motor, pero demandan la asistencia de un compresor de aire cuya potencia esté a la altura de las aplicaciones de la lijadora.
Habitualmente, las lijadoras de banda manuales incorporan un control de velocidad ubicado sobre el mando trasero de la herramienta. La regulación de la velocidad, que suele variar entre los 150 y los 500 metros por minuto, se realiza en función de la aplicación mediante dicho control. Las velocidades bajas son las indicadas para el lijado ligero de bandas finas, mientras que las velocidades más altas permiten un lijado más agresivo, para realizar con lijas de banda más rugosas.
Por último, vale mencionar que los rodillos de estas herramientas permiten la rotación de la banda a una velocidad que el usuario puede determinar en función de sus necesidades. En los diseños más antiguos ambos rodillos eran del mismo diámetro pero en la mayor parte de los modelos actuales el diámetro del rodillo delantero es más pequeño con el objetivo de permitir el lijado horizontal más cercano a una cara vertical.
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