La seguridad y la salubridad laboral están regidas por normas nacionales e internacionales, estándares de calidad y por legislación acorde a cada lugar. Estas refieren a la manera en que el trabajo afecta la salud de los empleados, física o psicológicamente, según los riesgos de cada puesto.
Los equipos de protección personal son elementos clave en la seguridad laboral, de uso obligatorio, e indispensables para preservar la salud de cada trabajador.
Entre estos elementos, se encuentran aquellos que protegen los ojos, el rostro, las manos, los pies, la audición y el cuerpo en general de accidentes, graves o leves, golpe y de otros riesgos, como la exposición a ruidos, temperaturas extremas, químicos contaminantes, etc.
Para resguardar al cuerpo en general, se utiliza la ropa de protección o de seguridad, de la cual hay diversos tipos y que se usa, en muchos casos, no sobre la ropa, sino en reemplazo de las prendas personales.
Existe la ropa que protege al entorno o al producto de los gérmenes que el trabajador puede transmitir, por ejemplo, las prendas utilizadas en la industria alimenticia. Por otra parte, aquella vestimenta que protege tanto al entorno como al trabajador, como la utilizada por los médicos o enfermeros.
Otra categoría la ocupan las prendas que preservan al trabajador de daños externos. Entre estas últimas, en tareas realizadas por trabajadores expuestos al fuego, la electricidad, materiales calientes o a altísimas temperaturas, uno de los equipos de protección personal más relevantes y utilizados es la ropa ignífuga, es decir, aquella vestimenta resistente a las llamas y a la corriente eléctrica.
Esta vestimenta de seguridad es utilizada por bomberos, trabajadores empleados en fundición, etc. El mono ignífugo es también característico de los automovilistas, expuestos a posibles incendios de sus vehículos.
Existe ropa ignífuga entera (el ya mencionado mono o enterito) o individual, como camisas, remeras o pantalones. A su vez, la ropa interior utilizada debajo de ella debe cumplir con algunas normas, de seguridad, como estar compuesta en un 100% por algodón, ya que otros materiales con los cuales se la suele confeccionar pueden ser inflamables.
La ropa ignífuga debe ser ergonómica: no sólo tiene que cumplir con su función de proteger al trabajador de daños, sino que no será del todo segura si no le permite moverse con comodidad ni con facilidad para desarrollar cada tarea específica.
Por ello, la ropa ignífuga debe ser elegida según el tipo de trabajo a realizar, la cobertura física necesaria y también respetando el talle exacto para cada persona. No debe ser rígida ni pesada.
A su vez, se debe pensar en su vida útil, eligiendo ropa que tenga una durabilidad alta y buena resistencia al lavado y monitoreando su desgaste para poder renovarla cuando sea necesario, evitando que su erosión disminuya sus prestaciones de seguridad.
Como sucede con cada elemento de seguridad laboral, es importantísima su correcta elección según sus características y teniendo en cuenta la mejor calidad.
Última Actualización: 22/05/2019 13:41